De los errores se aprende 1/3
La aviación está llena de reglas, la mayoría de ellas son reglas que tienen como principal objetivo la seguridad de las operaciones aéreas.
En Estados Unidos, la aviación está regulada de una manera excelente y existe una especie de constitución en donde se pueden encontrar todas estas reglas.
Esta constitución es mejor conocida como el “FARAIM“, un libro de poco mas de 1000 páginas en donde se encuentran todas las Regulaciones Federales de la Aviación (FAR por sus siglas en inglés), así como un Manual de Información Aeronáutica (AIM por sus siglas en inglés).
A mi me resulta impresionante el nivel de detalle que tienen estas regulaciones, donde podemos enterarnos desde los momentos en los que legalmente una tripulación debe de utilizar los cinturones de seguridad, hasta situaciones extrañas como los procedimientos necesarios para transportar a un candidato a la presidencia.
Toda esta introducción la hago porque existe una regulación en FAR 91.409 que habla sobre cuando se deben de realizar las inspecciones a una aeronave.
Aquí podemos ver que una aeronave que es utilizada para instrucción de vuelo deberá ser inspeccionada cada 100 horas que su motor se encuentre funcionando y no podrá utilizarse a menos de que esta inspección haya sido realizada.
Pues bien resulta que su servidor en días pasados se encontraba muy feliz realizando un solo local de nuevo. (Voy a omitir detalles de fechas, tipo de avión, matrícula y lugares para evitar tener problemas legales). Realicé la inspección previa al vuelo, la revisión exterior y para no hacerles el cuento largo hice un vuelo muy padre.
Horas más tarde, estando en la recepción de la escuela llega una de las personas que hacen el mantenimiento a los aviones y me pregunta…
Él: Tú volaste tal avión?
Yo: Si porque?
Él: Lo volaste con más de 100 horas.
Cuando lo escuché decir eso me sentí bastante raro. Afortunadamente no había pasado nada y había ido y regresado con bien, pero me di cuenta que son esos pequeños detalles los que diferencian a un buen piloto de los pilotos promedio.
Es solo cuestión de tomar los documentos del avión, ver cuando toca la siguiente inspección de las 100 horas y verificar en el panel que estamos volando de manera legal.
Lo más seguro es que el volar un avión que ya está pasado de la inspección de las 100 horas no represente ningún riesgo, pero el problema está que en el caso de existir algún incidente el hecho de haberlo volado en esas condiciones podría meterme a mí y a la escuela en un gran problema.
Finalmente hablé con mi instructor y le dije lo que pasó, y el, tan tranquilo como siempre, solamente me dijo que de los errores se aprendía y que era bueno que me hubiera pasado porque estaba seguro de que no me volvería a pasar jamás.
En esto tiene razón, creo que en situaciones como estas es cuando realmente uno aprende la importancia de tomar en cuenta los pequeños detalles en la preparación de un vuelo.
Bueno esto es todo, gracias por su visita.
Esperen la segunda y tercera parte.